sábado, 7 de abril de 2012

Jorge Bucay: Amarse con los ojos abiertos.

Muchas parejas terminan separándose a partir de la creencia de que con otro sería distinto y, por supuesto, se encuentran con situaciones similares, donde el cambio es sólo el interlocutor.
Por eso, frente a los desencuentros vinculares, el primer punto es tomar conciencia de que las
dificultades son parte integral del camino del amor. No podemos concebir una relación íntima sin conflictos.
La salida sería dejar de lado la fantasía de una pareja ideal, sin conflictos, enamorados permanentemente.
Es sorprendente ver cómo la gente busca esta situación ideal.
"....Y cuando el Señor X se da cuenta de que su pareja no se corresponde con ese modelo romántico ideal y novelesco, insiste en decirse que otros SI tienen esa relación idílica que él está buscando, sólo que él tuvo mala suerte... porque se casó con la persona inadecuada..." (?)
¡¡¡NO!!!
No es así.
No se casó con la persona inadecuada.
Lo único inadecuado es su idea previa sobre el matrimonio, la idea de la pareja perfecta.
En cierto modo, me serena saber que esto que no tengo, no lo tiene nadie, que la pareja ideal es una idea de ficción y que la realidad es muy diferente.
El pensamiento de que el pasto del vecino es más verde o que el otro tiene eso que yo no alcanzo, parece generar mucho sufrimiento.
Quizás el aprender estas verdades pueda liberar a algunas personas de estos tóxicos sentimientos.
La realidad mejora notoriamente cuando me decido a disfrutar lo posible en lugar de sufrir porque una ilusión o una fantasía no se dan.
La propuesta es: Hagamos con la vida posible... lo mejor posible.
Sufrir porque las cosas no son como yo me las había imaginado, no sólo es inútil, sino que además es infantil.

Estar en pareja ayuda a nuestro crecimiento personal. A ser mejores personas, a conocernos más.La relación suma.
La pareja no nos salva de nada, no debería salvarnos de nada.
Muchas personas buscan pareja como medio para resolver sus problemas.
Creen que una relación íntima los va a curar de sus angustias, de su aburrimiento, de su falta de sentido.
Esperan que una pareja llene sus huecos. ¡Qué terrible error!
Cuando elijo a alguien como pareja con estas expectativas, termino inevitablemente odiando a la persona que no me da lo que yo esperaba.
¿Y después? Después quizás busque a otra, y a otra, y a otra... o tal vez decida pasarme la vida quejándome de mi suerte.
La propuesta es resolver mi propia vida sin esperar que nadie lo haga por mí.
La propuesta es, también, no intentar resolverle la vida al otro.
Encontrar a otro para poder hacer un proyecto juntos, para pasarlo bien, para crecer, para divertirnos, pero no para que me resuelva la vida.
Pensar que el amor nos salvará, que resolverá todos nuestros problemas y nos proporcionará un continuo estado de dicha o seguridad, solo nos mantiene atascados en fantasías e ilusiones y debilita el auténtico poder del amor, que es transformarnos.


Para que nuestras relaciones prosperen, es menester que las veamos de otra manera; como una serie de oportunidades para ampliar nuestra conciencia, descubrir una verdad más profunda y volvernos humanos en un sentido más pleno.








Jorge Bucay

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